
En mi antigua casa en Moabit, había un lugar donde la gente dejaba las cosas que no necesitaba en el descansillo de la escalera. De ese rincon he cogido, por ejemplo: una silla de balcón, unas aletas de bucear, unos cuantos libros, dos butacas (no, las butacas estaban en la calle) y un par de cosas más y he dejado otras que no necesitaba. Mi donación a la comunidad fue un Reproductor de CD que ya no necesito, que desapareció en horas. Bueno, lo último que me encontré fue un muñeco de Bestia de Disney y siempre que pasaba por ese punto me llevaba un pequeño susto, porque percibía con el rabillo del ojo que había alguien o algo ahí sentado.
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