No se puede vivir en Alemania sin adentrarse en la repostería. Ya sé hacer Muffins (o al menos lo he intentado dos veces -magdalenas-) y tiramisú. El último tiramisú lo hice con zumo de naranja en lugar de café (ya, eso no es tiramisú; pero con el anterior pasé una noche sin poder dormir) y parece ser que quedó bastante bien (según una amiga mía alemana).
Lo último es la tarta de queso. La verdad es que el resultado fue un poco diferente de lo que esperaba (también varié un poco los ingredientes -en vez de la nata de la receta puse yogur natural-), pero me quedó bastante bien y me sirvió para satisfacer mi ansia palmera de productos azucarados hasta hoy. Al menos está bonita, no?
viernes, 12 de junio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
5 comentarios:
joder la verdad es q tiene una pinta increible y más a estas horas. Cuando vengas te cedo mi cocina y me haces unaaaaaaaa
el rollo este se volvió loco y escribio el comentario 3 veces
jajaja, esta como el dueño ...
Publicar un comentario