Ayer por la tarde fue un día intenso. Hay una asociación deportiva en la que quiero apuntarme a partir de Octubre y puedes ir gratis cuatro veces antes de hacerlo.
El miércoles hacen Futbol (en césped) de hombres y quería participar, así que me aseguré la dirección y me dirigí allí con la bici calculando una hora de camino.
A medio camino (unterwegs) se me rompió la cadena de la bici y como soy un cabezón y quería jugar a futbol sí o sí, continué el camino con el servicio de transporte. Decisión equivocada.
Llegué media horita tarde, pero todavía podía participar. Así que a jugar... Dios mío! no me acordaba que había que correr tanto para jugar a Futbol. A los diez minutos ya estaba con la lengua fuera. Un rato después con una sensación desagradable en los gemelos y luego en una carrera se me subieron los dos y tuve que dejarlo. La verdad es que me consideraba mejor jugador de lo que demostré. Fue un desastre.
De vuelta a casa, cargando con mi bici sin cadena, resulta que el camino más corto del metro estaba sin servicio. Tuve que hacer un rodeo supercomplejo para llegar a mi barrio y en el último tramo , que era en guagua, tenía dos opciones: volver caminando una hora mínimo hasta casa (no se puede ir en el bus con la bici) o dejar la bici allí y cogerla al día siguiente.
Hoy, de camino a coger mi bici, resulta que no doy con la llave del dichoso candado. Vacío mi mochila y mi cartera objeto por objeto y no la encuentro. Voy de todos modos a donde la había dejado, por si me dejé la llave puesta en el candado. Nada. Llamo a un amigo para que me preste una segueta y cortar el candado al día siguiente. Vuelvo a casa y esta tarde cuando iba a salir de nuevo, estoy buscando el móvil, miro en el interior de mi mochila y allí, en el centro, reluciente, como riéndose de mí, la llave (que seguro que estaba ahí dentro cuando fui a donde la bici)
Moraleja: si se te rompe la cadena, es una señal de que debes dar la vuelta
o si se te rompe la cadena, no juegues al futbol!
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